La bestia jadeaba pesadamente. Había utilizado bastante energía para realizar ese movimiento justo ahora. Sin embargo, no tenía intención alguna de detenerse. Se movió una vez más, y su enorme cuerpo se acercó a Ye Chen mientras le lanzaba sus garras una y otra vez.
En cuanto a Ye Chen, después de ser golpeado por la luz gris, su cuerpo, que se estaba recuperando gradualmente, colapsó instantáneamente otra vez. Estaba casi completamente sostenido por su esencia de sangre.
Sin embargo, lo más impactante era que, incluso así, el ensangrentado brazo de Ye Chen en realidad blandía de nuevo la Espada de la Bestia Podrida.
Así, la batalla continuó.
El tiempo pasaba. En un abrir y cerrar de ojos, Ye Chen y la bestia feroz parecían haber estado luchando en el dominio durante todo un día y una noche.
En ese momento, incluso el anciano estaba inquieto.
