—No tengo que mentirte —dijo Ye Chen mientras tiraba de la mano de Chi Yunhui hacia el lugar donde había sido golpeado.
Los dedos de Chi Yunhui tocaron los firmes músculos del cuerpo de Ye Chen. Sus ojos temblaron y una extraña onda se propagó en su corazón.
Sin embargo, se sorprendió al descubrir que Ye Chen se había recuperado completamente. ¡No quedaba ni una sola herida!
Chi Yunhui retiró su mano y miró a Ye Chen con un brillo en sus ojos. —Realmente eres un monstruo. Bueno, la prueba está a punto de comenzar. Vamos.
Bajo el liderazgo de Chi Yunhui, Ye Chen finalmente llegó a la Escultura de las Cien Bestias que contenía los espíritus verdaderos y almas formados a partir de cientos de tipos de esencia de sangre.
Ye Chen pudo sentir el aura antigua que emanaba de ella y no pudo evitar parecer impactado. ¡La Técnica de Reencarnación del Demonio Divino que había estado circulando constantemente le enviaba señales fuertes!