Ye Chen reflexionó sobre todo y supo que no podía perder más tiempo.
Dado que sabía que el Anciano Qing Jian había sido capturado, cualquier demora por su parte pondría al Anciano Qing Jian en mayor peligro.
Se apresuró en la dirección donde los expertos del Palacio de los Cien Inmortales se habían llevado al Anciano Qing Jian. Dado que no había existencias que hubieran superado el reino de la Creación aquí, tenía una oportunidad.
Si lo daba todo, creía que tenía el poder de luchar!
El cielo se oscureció gradualmente, y la noche se acercaba.
Cuando la noche lo tragó todo, los pasos de Ye Chen se detuvieron gradualmente. Podía ver que el campamento del Palacio de los Cien Inmortales estaba brillantemente iluminado.
—¿Quién es? —Los dos guardias en la puerta no eran muy fuertes. Después de todo, nadie esperaba que alguien viniera a tocar a su puerta.
