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—Estaba prestando atención a la batalla contra el Señor Demonio Sediento de Sangre justo ahora, pero ¡no tenía la fuerza para matarlo!
El Qilin de la Llama Carmesí miró hacia abajo.
En aquel entonces, el Santo Demonio había pedido al Qilin de la Llama Carmesí que vigilara este lugar, no solo para encontrar al sucesor de la Espada Demoníaca de Sangre, sino también para evitar que el Señor Demonio Sediento de Sangre se liberara.
El Qilin de la Llama Carmesí podría haber matado al Señor Demonio Sediento de Sangre, pero debido a la codicia de la raza humana, resultó gravemente herido y no tenía la fuerza para luchar contra el Señor Demonio Sediento de Sangre.
Dado que ellos habían causado esta situación presente, tenían que resolverla por sí mismos.
—La Espada Demoníaca de Sangre está aquí, pero si puedes controlarla o no, está por verse.
En ese momento, el Qilin de la Llama Carmesí levantó su garra, y un altar apareció en la tierra originalmente árida.
