—Ye Chen, no tienes la fuerza para mantener en tu posesión esa arma. Si me entregas la Espada Demoníaca de Sangre, cuando bajemos la escalera, te protegeré —en este momento, un experto del reino de la Creación habló. En este momento, Ye Chen era quien tenía mayores probabilidades de obtener la Espada Demoníaca de Sangre.
Los demás también intervinieron. Desde su perspectiva, Ye Chen no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir si seguía este camino solo. Él había ofendido a todos de la región occidental, por lo que una vez que todos dejaran la escalera, estaría rodeado y asesinado.
Los labios de Ye Chen se curvaron en una fría sonrisa. Estas personas decían que querían protegerlo, pero una vez que tuvieran en sus manos la Espada Demoníaca de Sangre, lo primero que harían sería matarlo. Nunca confiaría en estas personas.
—¡Si quieres la Espada Demoníaca de Sangre, ven y tómala tú mismo! —Ye Chen pisó el escalón mil, y toda la presión desapareció repentinamente sin dejar rastro.
