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—No difundan esta noticia. De lo contrario, los expertos de las sectas y familias que murieron a manos de la Deidad Divina Mil Venenos podrían pensar que Ji Lin es su heredera y atacarlos a ustedes y a Ji Lin.
Ye Chen frunció el ceño ligeramente.
En este momento, la herencia dejada por la Deidad Divina Mil Venenos era sin duda la más adecuada para Ji Lin, así que cuando tuviera la oportunidad, tenía que llevarla a ese lugar.
Si Ji Lin obtuviera su herencia, era probable que la Sala de las Almas no se atreviera a tener ningún diseño hacia Ji Lin.
¡Incluso Ji Lin podría tomar venganza por sí misma!
De repente, Ye Chen pensó en algo y se volvió para mirar a Lan Xueyue con una mirada ardiente —Oh, cierto, Maestro, dijiste que había algo mal en el cuerpo de Ji Lin, ¿verdad? ¿Qué es?
—Me temo que él sabe más sobre el cuerpo de Ji Lin que yo, así que le dejaré que lo explique —negó con la cabeza Lan Xueyue y miró a Zhu Mie.
