—¡Piérdete, viejo decrépito! —Ye Luo usó toda su fuerza para gritar—. ¡Y ese Long Hongtian es una bestia!
¡Pa!
—Cuida tu boca —el Trigésimo Octavo Anciano abofeteó a Ye Luo en la cara y dijo—. El jefe de la familia es tu tío biológico. Es un honor para ti servirle. Si no fuera porque tienes tu linaje de sangre, ¿cómo seguirías viva?
Su expresión era fría mientras sostenía el Látigo Dragón Negro. Miró a Ye Luo y dijo:
—Cien azotes al día definitivamente no se sienten bien. Dado tu linaje, puedes recuperarte en un día, pero ¿por qué elegirías sufrir este dolor?
—Hay innumerables mujeres que desearían estar en tu lugar y convertirse en la concubina del jefe de la familia. Sin embargo, no sabes apreciar la oportunidad —El Látigo Dragón Negro descendió rápidamente, y las sombras formadas por el látigo se transformaron en dragones negros que salieron volando y comenzaron a devorar el cuerpo de Ye Luo—. ¡Mereces ser golpeada!
