—Mientras todos hablaban, Ye Chen ya había refinado más de la mitad del artefacto de grado de Integración Dao —Un fantasma de caldero dorado flotaba sobre su cabeza y luego parpadeaba con luz y se adosaba al cuerpo de Ye Chen.
—En un instante, Ye Chen abrió los ojos. —Sus ojos eran como las estrellas en el cielo nocturno, y todo el espacio temblaba violentamente. Innumerables rayos descendían desde arriba y golpeaban el cuerpo de Ye Chen sin previo aviso.
—La expresión de Ye Chen no cambió. Continuó circulando su técnica de cultivación. —Energía demoníaca, runas budistas y energía espiritual surgían a su alrededor como un largo río.
—Segundos después, emergió el Dao de la Matanza, y la fría intención de matar impregnaba los alrededores. —Un fantasma de color sangre se condensaba gradualmente dentro del Dao de la Matanza, sosteniendo un sable y una espada en su mano.