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Un rayo de luz azul salió de la mano del anciano de túnica blanca y liberó el sello de Ji Lin. Sonrió y dijo —Niña pequeña, ha sido difícil para ti estos últimos días, pero todo terminará en doce días. El último día podría ser un poco doloroso, sin embargo. Se sentirá como si miles de hormigas comieran tu corazón.
—Cuando acabe el tiempo, morirás. No te preocupes, la ceremonia no durará mucho —añadió con una sonrisa fría—. ¡Solo llevará una hora!
—Después de eso, serás libre para siempre. Además, tienes nueve compañeras que te acompañarán al Inframundo, así que no estarás sola —describió todo esto con calma e indiferencia.
Ji Lin despertó y miró alrededor temerosa ante los alrededores desconocidos.
Realmente se arrepentía de haber venido aquí a buscar a su hermana.
—Woo... —susurró—. No quiero morir... No quiero morir...
