—¡Leyes de Destrucción! —En el Cementerio Samsara, las cejas de Lan Xueyue estaban llenas de intención de matar—. Este tipo está un reino mayor por encima de Ye Chen y aún así se atreve a usar un arma así. ¡Se está pasando!
—¡Mocoso, te daré una parte de mi poder para destruir su arma!
—¡Gracias, Mayor!
El aura de Ye Chen subió constantemente y alcanzó la cima del Reino Semi Divino, y la cantidad de energía espiritual y esencia de sangre aún estaba aumentando. Era varias veces más fuerte que antes.
—¿Cómo es posible?
—Su aura se ha disparado. ¡Es ese movimiento de la última vez otra vez!
—¡Usó este movimiento contra el Señor de la Ciudad del Espíritu Celestial! —Wang Peng volvió en sí y miró a Ye Shitian con horror. Sin embargo, no tuvo más remedio que seguir atacando.
Wang Qi, que estaba a punto de actuar, también se detuvo y dijo sorprendido:
