—¿Cómo lo hizo? ¿El Señor de la ciudad simplemente se quedó allí parado y dejó que Ye Shitian lo golpeara?
—Pero aún así, eso es imposible a menos que Ye Shitian tenga un linaje de sangre de primera categoría o sea descendiente de algún experto antiguo Santo Celestial.
—Sin embargo, Tío Zheng, dijiste que Ye Shitian venía de un plano marcial de bajo nivel. ¿Cómo podría haber descendientes de expertos antiguos Santos Celestiales en un plano de bajo nivel? Han pasado unos pocos millones de años desde la época antigua, ¡y tenemos menos de cinco expertos Santos Celestiales!
—Cada descendiente, heredero y familia de esos expertos Santos Celestiales están registrados claramente. ¡Eso es imposible!
Beigong Ziyu tenía una expresión conflictiva. No importaba cómo lo pensara, algo no cuadraba.
Si no fuera por el hecho de que Tío Zheng nunca le había mentido, habría pensado que Tío Zheng había inventado toda la historia.
—Señorita Séptima, ¡permítame explicar en detalle! —dijo Tío Zheng.
