Sus acciones aparentemente ligeras e indiferentes causaron que todos los de abajo se sorprendieran.
—¡El sesenta y unavo paso! —Hei Jia gritó emocionado, ignorando su propia situación.
—¡El récord de 900 años ha sido roto!
—El récord ha sido roto. ¡Date prisa e informa a los maestros que un genio sin igual ha surgido de las Montañas Kunlun!
¡Novecientos años!
¡Fue un milagro, un milagro!
Este forastero, Ye Chen, tenía la posibilidad de alcanzar la cima!
¡Ye Chen había alcanzado el sesenta y unavo paso y no solo estaba ileso, sino que su fuerza también estaba aumentando gradualmente!
Hace novecientos años, aquel genio casi había muerto de graves heridas cuando alcanzó el sexto paso. Sin embargo, Ye Chen parecía imperturbable ante las oleadas de presión y seguía ascendiendo casualmente.
Mientras todos observaban asombrados, alcanzó el septuagésimo paso.
71er paso... 72do paso... 73er paso...
...
—¡Octogésimo paso! —Continuó trepando. Cada paso que daba parecía ser un paseo.