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Ye Nantian blandió su espada y golpeó varias veces, su espada trazaba la formación de la constelación de la Osa Mayor. Tomó poder de las montañas a su alrededor y blandió su espada violentamente, enviando ráfagas de qi de espada que caían como una lluvia de meteoros.
¡Bang! ¡Bang!
¡Bang! ¡Bang!
Las ráfagas de qi de espada continuamente hacían agujeros en el suelo.
Bai Zhan y Qing Jian erigieron una barrera protectora para evitar que Ye Tianzheng y su esposa resultaran heridos.
Sin embargo, Ye Chen no tenía miedo en absoluto y permitió que las ráfagas de qi de espada golpearan su cuerpo, lo que simplemente causó que temblara levemente.
¡Así de resistente era el Reino del Cuerpo del Señor Supremo!
Se movía tan rápido como un relámpago, cargando a través de las ráfagas de qi de espada hacia Ye Nantian. —Si eso es todo lo que puedes hacer, ¡entonces ve al infierno! —exclamó.
¡Crash!
Empujó su espada con saña, enviando ondas de choque que desgarraban el suelo en línea recta.
