—¡Pa!
Ye Fudong golpeó la mesa con la palma de su mano, haciendo que se rompiese. —Ji Siqing es en verdad una de los diez mejores genios de las Montañas Kunlun. Sin embargo, en términos de fuerza, la gente que enviamos debería haber sido más que suficiente, ¿verdad? ¿Cómo es posible que tantas personas no puedan vencer a una niña pequeña?
El anciano sudaba profusamente. —No se preocupe, Jefe de la Familia. Todo está bajo control. Ji Siqing ya está gravemente herida. Aunque se fue con esa chica llamada Xia Ruoxue, probablemente no podrá escapar de nuestro alcance durante mucho tiempo. ¡Nuestros hombres definitivamente la traerán de vuelta! —dijo rápidamente.
Ye Fudong asintió. —Eso está bien. Si ni siquiera pueden manejar este pequeño asunto bien, ¡lárguense de la Familia Ye!
—Está bien, no hablemos más de Huaxia. En esta reunión, discutamos cómo lidiar con las fuerzas aliadas de Han Yun y la Sala Radiante.
—Ye Chen era tan atrevido —comentó alguien.
