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Diez minutos después, Ye Chen llegaba a la fábrica abandonada.
Cuando llegó, su expresión se heló.
Esto se debía a que la formación aquí había sido destruida. Al igual que en la familia Ye, había rastros de lucha.
—Los auras restantes indican que hubo un experto del Reino del Emperador Supremo aquí. ¿Cómo es esto posible? ¿De verdad un experto del Reino del Emperador Supremo vino a Huaxia? —susurró para sí mismo sorprendido.
De repente, los ojos de Ye Chen se estrecharon, ya que sintió algo. Se acercó a una pared donde había manchas de sangre rojas.
Las manchas de sangre habían estado ahí por aproximadamente un día.
Extendió su mano para limpiarla, y el frío en sus ojos se intensificó.
—Esta es la sangre de Ji Siqing. Parece que Ji Siqing también está herida —habló en voz baja, confirmando sus sospechas.
