La mayoría de los generales se desplomaron en el suelo con la mirada vacía. Su fe se había derrumbado y ya no tenían voluntad para luchar. Solo podían mirar a Ye Chen en la distancia. Parecía que este humano era ahora el verdadero gobernante de la Tierra de Refinamiento Corporal.
—¡Saludos, Su Majestad! —¡Su Majestad derrotó al Emperador Demonio! —¡Su Majestad es invencible!
El General Tian Wen, la General Fenghuang y el General Fengyun lideraron a los generales de la Sala Radiante para arrodillarse.
Bai Zhan ya estaba arrodillado en estado de shock. Miraba a Ye Chen y murmuraba:
—Él derrotó a Qing Jian... Su potencial y talento son demasiado aterradores. ¡Parece que someterse a él ahora es una buena elección!
Sabía la personalidad de Qing Jian. Si Qing Jian fue derrotado por el experto que apoyaba a Ye Shitian, no estaría satisfecho. No obstante, el que estuviera dispuesto a arrodillarse significaba que debía haber sido derrotado por Ye Shitian.
