—Nie Baijian extrajo un destello de poder y lo convirtió en dos espadas del alma. Une de ellas atacará el alma de este tipo, y la otra dividirá tu propia alma. Pon un uno por ciento de tu alma en el cuerpo de este tipo, y a partir de ahora, ¡este tipo será tu marioneta! —dijo.
—¡Sin embargo, este tipo no puede convertirse en un segundo tú! —advirtió—. Se convertirá en una bestia demoníaca que solo sabe atacar. No tendrá su propia conciencia.
—Por supuesto, tengo condiciones para darte esto. Cuando este asunto termine, ayúdame a lograr una cosa. ¡No tienes derecho a rechazar qué es esa cosa! —propuso Nie Baijian.
—¿Qué dices? —indagó.
—¡De acuerdo! —Ye Chen aceptó el poder del alma de Nie Baijian y las dos espadas del alma.
En un instante, el aura de Ye Chen se volvió completamente diferente. Un aura asesina estalló de él mientras una luz sangrienta rasgaba la enorme cueva subterránea. ¡Su poder del alma selló todo a su alrededor!