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Desde que había pisado las Montañas Kunlun, Ye Chen a menudo extrañaba sus días en Huaxia.
Ciudad de Río, Provincia de Jiangnan y Ciudad Capital. Estos recuerdos a menudo cruzaban su mente.
Si había alguien a quien de verdad extrañaba, sería Xia Ruoxue.
Debido a ciertas razones, Xia Ruoxue no entró en las Montañas Kunlun con Ye Chen. Él había querido traerla aquí innumerables veces, pero había pospuesto el asunto debido a los problemas urgentes que encontraba.
Ahora mismo, podía sentir claramente una gota de esencia de sangre en su cuerpo volverse inquieta, la cual había dejado con Xia Ruoxue.
Esta era también la única conexión entre ambos ahora.
Al menos, podía usarla para sentir su seguridad.
Esta gota de esencia de sangre había estado dormida por mucho tiempo, pero había comenzado a agitarse hoy, lo que significaba un peligro inminente.
