¡Los ojos de Yang Ming se abrieron de par en par y estaban llenos de horror!
Quería liberarse, pero se dio cuenta de que eso era imposible.
"No..."
Antes de que pudiera terminar, Han Yun ejerció fuerza, y...
Bang!
—¡Yang Ming se convirtió en un charco de sangre! ¡Estaba muerto! —dijo Han Yun.
La multitud echó un suspiro y dio un paso atrás, cerrando la boca, sin atreverse a respirar.
Entonces, la mirada de Han Yun cayó de nuevo sobre Ye Chen. —¿Has hecho todo esto tú?
—¿Y qué si lo hice? —respondió Ye Chen.
La actitud de Ye Chen no cambió a pesar de ver esta escena. ¡No le tenía miedo a Han Yun!
Little Gold estaba aquí, y todavía estaba Xue Qiye.
¿Qué tenía que temer?
Han Yun estrechó su mirada y de repente sonrió. Luego, levantó su brazo suavemente, y un golpe de viento salió disparado, convirtiendo toda la puerta en polvo.
—No me gusta la sangre de otras personas. Soy un germófobo.
—Debería haberte matado, pero ahora estoy un poco interesado en ti, muy interesado...
