—Tu final será tan doloroso que desearías no seguir viviendo más. Así que sería mejor que te pongas a correr como la rata que eres... al menos por ahora —encogió de hombros Dahlia antes de continuar su papel de viuda afligida en el funeral de su esposo.
Sarah corrió de vuelta a su coche. Tenía miedo de que Dahlia tuviera a alguien listo para emboscarla, así que se alejó rápidamente del cementerio.
Llamó a Graham mientras se alejaba, y la llamada se conectó poco después.
—¿Qué quieres esta vez, Sarah? Sabes que ya no voy a hacer nada para ayudarte, ¿verdad? —Graham dijo por el teléfono. Sonaba amargo porque aún no podía encontrarse con Kate después de que ella diera a luz.
Sarah ignoró su disgusto y preguntó, —¿Sabes que Marlon está muerto?
—Sí, lo sé por un amigo que asistió al funeral, ¿y qué con eso? —preguntó Graham con indiferencia—. ¿Por qué debería importarme ese viejo que asesinó a mi mejor amigo?
