—Advertencia: Violencia.
Henry vaciló por un momento, pero la mirada segura de Kate le hizo relajarse un poco.
Suspiró:
—Está bien entonces, pero no tardaré. Quédate aquí, y si hay algo urgente, no olvides llamarme o presionar ese botón —dijo Henry señalando el botón naranja en la pared para llamar a la enfermera.
—Mmm, lo sé —sonrió Kate—. No seas tan preocupón. Ve y tómate una taza de café, ¿quieres?
—...Volveré rápido —dijo Henry antes de dejar la sala.
Kate soltó una carcajada cuando vio a Henry dar unos pasos hacia atrás mientras sus ojos estaban pegados a ella hasta que llegó a la puerta:
—No olvides decirme si algo anda mal.
—Sí, sí —Kate rodó los ojos en broma—. Vete ya.
Henry cerró la puerta y corrió hacia el mostrador para tomarse una taza de café, dejando a Kate sola en su sala.
Kate contemplaba la fuerte lluvia, disfrutando de la serenidad por un momento hasta que un relámpago la cegó por un segundo.