"Sarah colgó la llamada. Su sonrisa malévola desapareció lentamente, dejando el ceño fruncido de una mujer que ya estaba al límite, lista para matar a cualquiera que estuviera frente a ella en ese momento.
Estaba furiosa con Marlon por ser absolutamente inútil.
—Ese maldito viejo estúpido no puede hacer nada. No puede sabotear la empresa de Henry, ¡y ni siquiera puede matar a una mujer embarazada! —Sarah gritó.
Erin miró a Sarah, que estaba desahogando su frustración, —Entonces, ¿puedo ir a matarla ahora? —preguntó Erin. Ya conocía la respuesta ya que Sarah lucía tan temible. Pero solo quería asegurarse. —No puedo esperar para arrancarle los ojos.
—Te arrancaré los ojos si no te callas —dijo Sarah fríamente.
Erin ya conocía sus límites. Después de ser engañada por Kate y arrojada a la tundra congelada en Groenlandia, se dio cuenta de que debía tener más cuidado con lo que decía.
