—Todo lo que hice hasta ahora es una respuesta a lo que tú hiciste. También es un mecanismo de defensa porque, ¿por qué iba a ser yo la idiota que permite que mi igualmente chupasangre suegra robe de mi casa? No te arrestarán si no eres avariciosa.
De nuevo, Mary no tenía manera de debatir con Kate porque todo lo que Kate decía era cierto. También era parcialmente culpa de Mary pensar que podía conseguir mucho más.
—Ya admití todo, Kate. ¿Qué más quieres? —dijo Mary—. Lamento haberte chantajeado, y lamento haber querido robar cosas de tu hogar. ¿Por qué no retiras la acusación ahora? Seguramente no quieres que una vieja como yo sea arrojada a la cárcel, ¿verdad?
—¿Retirar la acusación? Por supuesto que no —se rehusó Kate fácilmente.
—TÚ—!! —Mary se exasperó.
—Pero no te preocupes, Mary —dijo Kate—. Creo que tu delito no es tan grande. Además, no has vendido nada de mi casa, ¿verdad?
