Kate y Henry se sentaron uno junto al otro frente al obstetra, quien volvió a su asiento con el informe sobre su embarazo.
Un mes y medio había pasado desde que expulsaron a Erin de sus vidas, pero no tenían la libertad que deseaban porque al momento en que volvieron a la oficina, había toneladas de documentos e informes por hacer, lo que los mantuvo ocupados durante todo el mes sin hacer mucho.
Esta fue su primera visita al obstetra. Kate estaba ansiosa por el resultado, ya que había estado experimentando un dolor de cabeza constante y un cuerpo debilitado, y siempre se sentía enferma todas las mañanas.
Intentó soportarlo, actuando como si estuviera bien porque tenían mucho por hacer en el trabajo.
Eso fue hasta que Henry notó que ella estaba pálida y frágil, como si pudiera desmayarse en cualquier momento, por lo que insistió en que fueran al obstetra para un chequeo.