«¿Quieres ayudarme?», preguntó Henry.
«Mmm-hmm,» respondió Kate ligeramente. «No sé cuál es tu problema, pero por lo juzgando por lo borracho que estás, debe ser algo de lo que no quieres hablar, ¿verdad?»
«Sí,» respondió Henry. «Tampoco quiero que te involucres en mi problema, Kate. Quiero que tú… y nuestro bebé estén a salvo.»
«Sí, ¿es posible que pueda ayudarte de alguna otra manera… ya sabes… cualquier cosa que te haga sentir más feliz esta noche?», ofreció Kate. Ella estaba insinuando, esperando que Henry la recogiera de repente y la llevara a ese apartamento donde pasaron la última noche juntos.
Henry podría estar borracho, pero su mente estaba lo suficientemente clara para entender lo que Kate quería decir, «Quiero que estés aquí conmigo, Kate. Me siento muy perdido cuando tú no estás a mi lado.»
«B—Bueno, entonces déjame agarrar mi bolso y me voy a tu apartamento», dijo Kate.
«No, eso es demasiado peligroso», se negó Henry. «Ya es bastante tarde, voy a recogerte.»