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Por supuesto, Kate nunca dijo ninguna de esas cosas. Era bastante idealista. No le daría un trabajo a su incompetente hermana menor solo porque eran de la misma sangre.
Todos sabían que Kate solo contrataba a aquellos que eran competentes y merecían el puesto, la empresa era así de importante para ella. No permitiría que se desmoronara por nepotismo.
Tampoco nunca dijo que era más poderosa que Henry y definitivamente no que el difunto James Grant. Ella conocía su lugar y no daría un paso en falso a menos que tuviera que hacerlo.
¿Pero qué podía hacer? Por supuesto, no podía darle una bofetada a su hermana por difamarla cuando la vida de su madre estaba en juego.
—Sí, —suspiró Erin—. Lo siento mucho, Señor Grant. Sé que mi hermana puede ser muy arrogante a veces. Le dije que no necesito el trabajo, pero ella me obligó a venir, diciendo que me daría un trabajo o crearía algún problema en la empresa …
—¿Es eso cierto, Señora Woods? —preguntó Henry.
