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—¡Esos dos, urgh! —Mai estaba furiosa con el Señor Grant y Erin, quienes simplemente salieron pavoneándose, dejando a la mujer destrozada sentada sola, llorando como si acabara de ser abandonada por el amor de su vida.
Mai estaba tan enojada que no podía esperar para darle una bofetada al Señor Grant por no defender, y aún peor, abandonar a la madre de su hijo por su hermana menor. Miró a la Señora Woods, quien estaba sentada en la silla lamentablemente, sin decir una palabra mientras esos dos entraban en la oficina del CEO e hicieron quién sabe qué.
No entendía por qué la Señora Woods se volvía tan débil frente a su hermana. Usualmente era muy terca y argumentativa.
¡Pero cuando enfrentó a Erin simplemente bajó la cabeza y aceptó todas las calumnias que Erin le lanzó a pesar de que tanto Mai como la Señora Woods sabían que eran mentiras!
