—Kate, ¿estás bien?
Kate se sacudió su ensoñación cuando Chloe le palmeó el hombro para comprobar cómo estaba. Se giró y vio a Chloe con un vestido de dama de honor color verde oscuro. Se veía especialmente regia y hermosa en ese color, que le favorecía mucho.
—Estoy bien —dijo Kate—. Sólo estoy tratando de asimilarlo todo. Después de todo, es mi día de boda.
—Jiji, está bien. Yo también me puse nerviosa en mi día de boda —Chloe rió nerviosamente—. Recuerdo que estaba tan paranoica que pensé que me rompería la bolsa cuando caminara por el pasillo.
—¿No estabas sólo de cinco meses en tu día de la boda?
—¡Lo sé! ¡Por eso fue tan estúpido! —se rió Chloe cuando se dio cuenta de que esa paranoia era muy divertida—. De todas formas, no tienes que tener miedo de nada. Las cosas irán bien, confía en mí.
—Mhm, espero que sí —sonrió Kate tímidamente. Observó a los invitados que llegaban al Castillo Glassmist uno a uno.
