—Mai, no creo que puedas seguirme más —dijo Kate—.
—¿Q-Qué quieres decir? ¿Hice algo mal? —Mai contuvo la respiración al instante. No sabía si había escuchado bien y preguntó.
—No sé qué hice mal, pero por favor no me digas algo así, Kate. Sabes que te veo como a mi hermana. ¡Eres mi única familia! —Mai abrazó a Kate tan fuerte como pudo y dijo.
—Somos una familia, Mai, siempre lo seremos —sonrió Kate—. Pero no vas a ser feliz siguiéndome de esta manera. Es mi lucha con Henry. No deberías haber estado involucrada en primer lugar.
—Pero
Mai, escúchame —Kate agarró el hombro de Mai y la empujó hasta el largo de su brazo. Miró a la mujer a quien veía como su hermana menor. Mai estaba llorando, pensando que había sido abandonada.
—Por favor no me abandones. Ya he sido abandonada por tantas personas en mi vida. No quiero estar sola... —suplicó Mai. Sus lágrimas corrían libremente desde la esquina de sus ojos.
