—No lo permitiré —afirmó Henry con firmeza.
—¿Por qué no? —preguntó Kate—. No he aportado nada a nuestra relación. Creo que debería compartir mi parte justa de la carga, ¿verdad?
—¡Y no lo permitiré! —Henry alzó la voz—. Bajó la cabeza y besó a Kate en los labios. Al principio fue suave, pero se volvió más pesado y posesivo a medida que la abrazaba aún más fuerte.
Henry finalmente soltó los labios de Kate una vez que Kate comenzó a luchar para tomar aire.
—¿¡Q—Qué te ha entrado?! —Kate gritó mientras intentaba inhalar profundamente. Su rostro estaba rojo. Fue tomada por sorpresa por el repentino beso de Henry.
—Lo siento, Gatita. Pero yo... no puedo permitir que pagues por nada —dijo Henry—. ¡Es una cuestión de orgullo!
—¿Orgullo? —Kate frunció el ceño—. ¿Tu orgullo se vio herido porque yo quería pagar?
—¡Obviamente! —Henry asintió—. Quiero demostrarme digno para ti. Quiero ser tu hombre, y naturalmente, quiero asegurarme de que no necesites hacer nada!
—Pero mi contribución
