—Ella está bien, señora. Marlon nos tendió una emboscada anoche y apenas logramos escapar. Estamos en San Diego ahora, en uno de los apartamentos más nuevos de Henry —respondió Michael—. Señora, ¿cómo convenció al cocinero para que le entregara el teléfono? ¿Hay algún problema?
—Marlon planea matarme esta noche. Por eso estoy escapando del hospital mental antes de que sea demasiado tarde —dahlia respiró profundamente y murmuró.
—Entonces, enviaré a mi subordinado a llevarte a San Diego —dijo Michael.
—No, tengo a mi gente —dijo Dahlia—. Además, Marlon me busca ahora. Temo que descubra el escondite si me uno a ti y a Kate.
—No puedo arriesgar la seguridad de Kate, así que me mudaré a mi villa en Michigan —afirmó Dahlia—. Marlon no sabe nada de esta villa y está lejos de California. Así que estará fuera de su radar.
—Enviaré la ubicación una vez que llegue a mi villa. Quiero que conduzcas a Michigan con Kate. Ese sería el lugar más seguro para todos nosotros —instruyó Dahlia.