—Henry, todavía eres muy ingenuo. Tengo miedo de que la gente se aproveche de ti... —murmuró Dahlia mientras miraba la puerta.
Por supuesto, ya sabía que Kate no era una mala mujer. Actuó como si no aceptara a Kate como la nueva novia de Henry porque eso incitaría su impulso de traer a Kate aquí.
Dahlia estaba muriendo por saber qué tipo de mujer era Kate.
James le dijo que estaba locamente enamorado de ella pero no se atrevía a confesarle o cortejarla abiertamente debido a su estatus de mujer casada, y ella era muy leal a su esposo a pesar de ser un hombre inútil sin cualidades redimibles.
Dahlia sabía lo difícil que era quedarse con un hombre sin cualidades redimibles. Aunque sentía que Kate era estúpida por quedarse con su esposo, Dahlia todavía reconocía su dedicación y lealtad hacia su esposo.
—Es bueno que finalmente se haya divorciado —sonrió Dahlia—. Ella merece mucho más. Si James todavía estuviera vivo. Él se casaría con ella en un instante.