Erin se despertó al próximo día de muy buen humor.
Desayunó en el restaurante del hotel y regresó a su suite para prepararse para su próximo viaje a Groenlandia.
No sabía dónde estaba Groenlandia. Buscó el país en Google para ver si había algo sorprendente en él.
Pero parecía un lugar normal, solo que muy frío la mayor parte del tiempo.
Lamentablemente, no había muchos edificios altos allí, lo que disminuía la alegría que Erin estaba experimentando en ese momento.
—Ugh, parece un feo y pequeño pueblo —se quejó Erin—. No creo que tengan un centro comercial. ¡Así que supongo que le diré a Henry que siga enviándome dinero todos los días y me lo gasto todo en Los Ángeles! Hihi, me pregunto si puedo gastar cien mil dólares en un día, ¡ese sería mi mayor desafío!
Erin no olvidó tomarse una selfie y publicarla en Instagram para que sus amigos la vieran.