Como si no fuera suficiente soportar escuchar la historia de éxito de Sabrina y que Robin colmara a su ex-esposa dándole un collar tan caro, empezó a sonar el teléfono de Zayla y era la chica de ventas de la tienda de joyería.
No estaba segura de si podría cumplir su promesa de devolver el anillo de diamantes falso, estaba a punto de silenciarlo cuando la llamada de su padre llegó.
Como sabía lo que su padre le iba a preguntar, silenció su teléfono y lo guardó en su bolso, perdida en sus pensamientos. Robin ya sospechaba de ella porque no había sido lo suficientemente cautelosa.
Además, sin haber avanzado en el tema de la villa o de que Robin se casara con ella, todo la perturbaba.
De repente, una idea cruzó su mente y le preguntó a Robin:
—Cariño, ¿qué se necesita para apoyar otros negocios? Tal vez, podría pedirle a Robin que apoyara directamente la empresa de su padre y, de esa manera, tendría suficiente tiempo para su anillo de compromiso y de boda.