—¿Qué quieres aquí, Clay? —Jasmine estaba molesta porque su momento mágico había sido arruinado. Clay era uno de los hombres que la perseguían para pedirle matrimonio, pero el corazón de Jasmine había estado muy frío.
—Clay también era muy arrogante —sus formas irritaban mucho a Jasmine. No fue diferente al estropear su momento armoniosamente romántico.
—Espero que no vayas a aceptar la propuesta de este mendigo de mierda. Te mereces algo mejor —Clay relajó su espalda contra la lujosa silla con las piernas cruzadas.
Esta era la primera vez que Rex había decidido gastar dinero en un restaurante de lujo porque había ahorrado bastante, pero todo se arruinó para él.
Las palabras de Clay le causaron un gran bochorno, pero no podía hacer nada al respecto porque Clay era el único hijo del jefe de Rex.
Nadie esperaba las palabras que salieron de la boca de Jasmine en represalia a lo que Clay había dicho.
—Vete a la mierda.