—JJ, ten mucho cuidado —advirtió Robin seriamente, su voz severa.
A Jacob le encantaba el hecho de que iba a tener sobrinos gemelos, deseando que fueran suyos.
Se rió y dijo, —Te veré esta noche, con o sin mi madre, pero asegúrate de firmar esos papeles antes de que yo llegue —dijo medio en broma, se dio la vuelta y se fue.
Robin estaba atónito, esperando que su decisión de traer a Jacob a la villa como la abuela había pedido no se volviera en contra de él.
También esperaba que Jacob trajera a su enferma madre. Si se ocupaba de cuidar a la enferma, no tendría tiempo para codiciar a Sabrina.
Robin amaba a su hermano gemelo pero no soportaba su interés en Sabrina. El interfono sonó de nuevo y Robin ya estaba adivinando la razón. Al contestarlo, dijo, —Aria, déjales entrar.
Los directores ejecutivos entraron y Robin procedió con la reunión después de organizar para que su abogado viniera.