—¿Jacob? —preguntó Robin, ligeramente sorprendido al final de la línea mientras Aria confirmaba.
—Sí señor —respondió aria—. ¿Debo dejarlo entrar?
Robin miró a Sabrina y vio el anhelo en su rostro al mencionar el nombre de Jacob. Le dijo a Aria:
—Dame un momento. Te llamaré enseguida.
—¿Está aquí tu hermano gemelo? —Sabrina preguntó con sentimientos encontrados. Todo lo que quería era que los hermanos se reunieran, ya que sabía que Robin ansiaba a su hermano de sangre. Robin asintió con la cabeza.
—Sí.
—Entonces te esperaré adentro —dijo Sabrina. Al ver la mirada desconcertada en el rostro de Robin, ella añadió al instante:
— No te preocupes, tómate tu tiempo.
Robin se sintió mal por no haber terminado lo que había empezado con ella y se disculpó:
—Lo siento.
Sabrina sonrió, sintiendo que ella debería ser la que se disculpara, ya que había tenido su orgasmo. Eso no significaba que no deseara haber tenido más de él.