—Tráeme la nota —ordenó Robin al guardaespaldas, quien de inmediato la retiró de la mano de la secretaria y se la entregó a Robin tal como se le había instruido.
Robin examinó rápidamente las indicaciones, frunciendo el ceño preocupado. Sin dudar, tomó su teléfono y marcó el número de Daniel.
—Daniel, ¿dónde está Lizzy? —preguntó Robin con urgencia.
Daniel no pudo evitar sentirse un poco sospechoso. Era inusual que Robin llamara directamente para preguntar por Lizzy, especialmente porque se suponía que se verían más tarde esa mañana. Robin mencionó que tenía que atender algunas cosas en la oficina.
—Está en la mansión de su padre con las estilistas y Matilda. Sabrina también está allí —respondió Daniel con cautela.
Robin dejó escapar un suspiro de alivio, agradecido de que quien quiera que estuviera detrás de Lizzy no hubiera tenido éxito. Atribuyó esto a que había incrementado la seguridad alrededor de sus seres queridos y preguntó,
—¿Dónde estás?