"¿No vas a suplicar por ella?—preguntó Robin.
Sabrina entendió lo que implicaba la pregunta de Robin, pero no podía hacer que se sintiera culpable por no ser la persona que él pensaba que era.
—¿Quieres que la deje ir? —preguntó Sabrina.
Robin frunció los labios, sumido en sus pensamientos. La pregunta, unida a su serio trasfondo, le dejó un poco confuso. No podía decir si era retórica o no.
Después de pensar un poco, —Me di cuenta de que siempre has sido demasiado amable. Tenía miedo de que pudieras perdonarla —explicó Robin. Sabrina finalmente comprendió.
Esto era una parte esencial de su viaje hacia la comprensión mutua.
Sabrina solo lo había conocido como un monstruo antes, pero ahora estaba descubriendo diferentes aspectos de él que la hacían enamorarse de él una y otra vez, como una adolescente.
Cada día, compartían unos cuantos besos, pero Robin siempre se reprimía de llevar las cosas más lejos.