"Una lágrima rodó por la mejilla de Sabrina, pero rápidamente la apartó. La información la sobrepasaba, dificultándole su procesamiento.
—Por favor, señorita James, si no devuelvo esta autorización al departamento de cuentas, todas las mercancías que él envió para sus diversas empresas serán devueltas, y él sufriría pérdidas financieras significativas —la voz de Aria resonaba una vez más en la mente de Sabrina antes de que ella respondiera—. Permíteme echar un vistazo.
Aria le entregó el documento, y Sabrina se hundió en el banco de visitantes, dándose cuenta finalmente de lo entumecidas que se habían vuelto sus piernas por estar de pie tanto tiempo.
Mientras revisaba el contenido del documento, quedó evidente que Aria decía la verdad. Sabrina añadió su firma sin dudarlo.
—Gracias. Me voy ahora —Aria sonrió agradecida y pronunció.
Ella se fue, pero Sabrina todavía se sentía adormecida. Matilda y Lizzy se sentaron a su lado, y Matilda le dio palmaditas en la espalda.