"Robin se sintió aliviado de haber dejado temporalmente el tema en espera, ya que estaba seguro de que las cosas cambiarían drásticamente después de su regreso de Roma o Francia.
—¿Entonces puedo tocar tu barriga ahora? —preguntó seriamente. Habían pasado unos días, pero la única diferencia era que estaban en su habitación y no estaba seguro si ella lo permitiría.
Para su asombro, Sabrina sonrió ante la petición, algo que fue una primicia ya que solía mostrarse reacia al respecto.
—Sí, ha crecido más de la noche a la mañana —el entusiasmo se mezclaba en su voz mientras hablaba.
—Estoy muy emocionado al respecto —dijo Robin con entusiasmo y guiñó un ojo.
Sabrina frunció un poco el ceño y le advirtió,
—¿Prometes comportarte?
Robin se rió, preguntándose qué en el mundo ella podría hacerle.
—Sabrina, no sé a qué te refieres, pero sí, haré lo que quieras que haga mientras te haga feliz —rió y dijo.