—Suena extraño, viniendo de un hombre con alta libido —comentó Sabrina.
Zayla debe estar fuera del camino y Aria debe haber dicho que Robin ya no tenía mujeres viniendo por diversión, pero Sabrina recordaba vívidamente que cuando estaban casados, él todavía tenía todas esas aventuras.
Podría ser porque estaba bajo mucha presión y la quería de vuelta.
Los hombres siempre harían cualquier cosa para conseguir lo que querían, pero después de conseguirlo, ¿pueden mantenerlo?
—Las personas cambian, Sabrina. Espero que algún día, me vuelvas a amar y confiar en mí —dijo Robin tristemente.
Sabrina no pudo responder a esa parte porque sabía que todavía lo amaba, pero ¿confianza? Esa era otra historia.
Robin se detuvo y cuando abrió la puerta para ella, ella dijo de inmediato,
—Estoy realmente cansada y no puedo salir a caminar.
Robin tampoco lo estaba pensando en ella, porque de hecho había sido una noche larga.
—Está bien. Te veré mañana pero, ¿puedo abrazarte?