Robin se aseguró de que nadie tuviera la más mínima idea de que todo era un truco, por lo que tenía que ocultar esa parte, incluso a Cobby.
—Es genial que los diamantes fueran falsos, si no…
—Robin, ella debería devolver los diamantes falsos. ¿Y si son reales y ella está mintiendo? —Daniel interrumpió a Robin y preguntó—. Zayla ya se sentía mareada, temiendo que tal vez su padre estuviera siendo engañado y los diamantes se los hubieran llevado por solo 20 mil.
Robin asintió con la cabeza en señal de acuerdo.
—Tienes razón.
Luego fulminó con la mirada a Zayla, quien se retorció de miedo ya que él ya no intentaba pretender que le gustaba de alguna manera.
—¿Dónde están los diamantes falsos? Deberían pertenecer a Sabrina.
Zayla miró a su padre suplicante, deseando que él despertara y respondiera las preguntas por sí mismo, pero parecía que eso no iba a suceder pronto.