Sabrina se despertó debido a un golpe en su puerta, lo cual era extraño porque siempre se levantaba temprano para ir al trabajo y también le resultaba más difícil despegarse de la cama.
Al revisar la hora, ya eran las 8 am cuando ya debería haber estado en el trabajo.
Bostezó, preguntándose por qué no había dormido lo suficiente y murmuró mientras enrollaba su edredón hacia un lado,
—Pasa.
Una criada entró con su desayuno y ella estaba confundida.
Siempre desayunaban juntos como una familia.
—¿Por qué me han traído el desayuno a mi habitación? —preguntó con voz somnolienta y bostezó de nuevo.
—Todos ya desayunaron, así que te traje el tuyo y el señor Jewel te espera junto al coche.
—Oh —susurró Sabrina, sintiéndose perezosa y queriendo dormir un poco más.
Luego se dio cuenta de que todos debían haber ido a trabajar y Matilda a su escuela culinaria.