Martín estaba ansioso por regresar a casa para hablar con Mara acerca de los vídeos después de lo ocurrido entre él y Robin, ya que no quería ser tomado por sorpresa.
Conociendo a Robin, ese chico no hace amenazas vacías y Mara también tenía un fuerte respaldo.
Por lo tanto, Martín no sabía a quién creer.
Además, tenía que llevar los documentos firmados a ella, para que firmara la cesión de la empresa a él.
Sus manos apenas alcanzaron la puerta con los documentos en un maletín cuando una patada lo hizo tambalearse hacia atrás, pero su mano sujetó firmemente el maletín.
—Hijo de puta, confiaba en ti —Devin estaba furioso, sus ojos despedían fuego. Este era un amigo al que había apoyado todos estos años con confianza y lealtad, enfrentándose a su padre y a su prometida por él.
Un hombre que creía que era el mejor pretendiente para su hermana, pero resultó ser un desgraciado.