—Eros estaba muy preocupado por ti, Bella. Pensó que estabas muerta.
—Dios mío. Me sentí tan mal. —Mordí mi labio inferior—. ¿Cómo estaba él?
—Sam tomó un profundo respiro—. Bueno, antes de que le explicara lo que te había pasado, estaba completamente devastado. De alguna manera se sintió aliviado al saber que estás bien.
—Uf... Espero que entienda que no puedo simplemente aparecer sin saber primero la situación allí. No quisiera arruinar nuestros planes al revelarle a Alejandría que mi memoria ha regresado.
—No te preocupes Bella, Eros lo entiende. De hecho, dijo que es mejor que te quedes aquí por un tiempo hasta que atrapen a Alejandría.
—Sintiendo un dolor punzante en mi cabeza, comienzo a frotar suavemente mis sienes—. Ella es tan escurridiza como un pez —murmuro para mí misma—, me pregunto por dónde deberíamos empezar a buscarla.
—No tienes que buscar a Alejandría. Tarde o temprano, ella vendrá a ti para terminar por su propia voluntad.