—¿Te tragaste la lengua?
Completamente sorprendida al ver a Lucas frente a mis propios ojos, no pude decir ni una sola palabra, lo que provocó que sus cejas gruesas casi se juntaran a la mitad en enojo.
—Te estoy hablando, Bella. —Me miró con cautela, esperando que yo dijera lo que pensaba.
—Bueno… —Intenté explicar pero no salió nada. No había duda en mi mente de que no importa lo que diga, su malhumorado humor no cambiará.
Al observar las líneas grabadas en su frente, me pregunto si realmente estaba preocupado por mí o simplemente se molestó porque salí de la mansión tan pronto como él lo hizo.
Llenando mi pecho de aire, finalmente reuní todo el valor que pude para hablar. —Siento haberme ido sin avisarte.
—Deberías estarlo —murmuró entre dientes. La mirada sombría en su rostro no cambió en lo más mínimo. —Thompson me llamó preocupado y tuve que cancelar mi próxima cita de negocios solo para buscarte.