He reunido información importante sobre Sam Ryanns, el joven de veinticinco años que trabajaba anteriormente en la empresa de mi esposo. Había una cantidad limitada de información publicada en internet sobre él, pero la información disponible es sin duda interesante.
Sam era huérfano. Cuando tenía diez años fue adoptado por una pareja que tenía una hija de su misma edad. No se mencionaba si Sam tenía una buena relación con sus padres adoptivos, pero creció causándoles constantemente problemas. En la escuela fue etiquetado como delincuente y constantemente faltaba a clases. Pero a pesar de su mal comportamiento, era un niño inteligente y podría haber sido el mejor en sus clases si se esforzara por ello.