El verdadero amor no es
Romeo y Julieta.
Es la Abuela y el
Abuelo que envejecieron
juntos.
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Sus manos capturaron las mías y las colocaron alrededor de su cuello donde debían estar. Luego, sus brazos se deslizaron alrededor de mi cintura y me acercaron a su pecho hasta que no pudo pasar aire entre nosotros. El reconfortante calor de su cuerpo hizo que mis ojos parpadearan y se cerraran.
No solo huele como mi As y se parece a él físicamente. Su tacto también se sentía como As. La idea hizo que una lágrima brotara de mis ojos.
Cuando pienso en esos momentos
Y los sueños que dejamos atrás
Me alegraré porque fui bendecida de tenerte en mi vida
Cuando miro hacia atrás en estos días
Veo tu rostro
Estabas ahí para mí
El cantante empezó a cantar. Escuché atentamente la letra de la canción con los ojos aún cerrados mientras, muy lentamente, nos movíamos al ritmo de la canción. Era la canción favorita de As y también la mía. Escucharla solo intensificó mi anhelo por él.
