Me senté quieta frente al tocador, inquieta e indecisa. Claire me había dicho antes, cuando pasó casualmente por mi habitación, que los invitados habían empezado a llegar. Había pasado una hora desde entonces y más invitados llegaron y seguirán incrementándose hasta que comience la fiesta. Era el pensamiento de enfrentar diferentes rostros esta noche el que me llenaba de temor e incomodidad.
Un suspiro suave escapó de mis labios. Si solo As estuviera aquí, no estaría tan presionada porque tendría a alguien en quien apoyarme. Alejé los pensamientos tan rápido como llegaron antes de que pudieran arruinar mi estado de ánimo. Reflexionar sobre algo imposible no ayudaría a superar mi ansiedad.
Hubo un golpe en la puerta.
—Adelante.